El cambio climático, el calentamiento global, consecuencias directas del “efecto invernadero” por la contaminación atmosférica de gases como el dióxido de carbono CO2 se debe principalmente a los países industrializados. Estos países como EEUU y China que son los principales emisores de esos gases tóxicos GEIs que forman una barrera en la atmósfera y evitan que el calor se libere fuera del globo terráqueo. Al no liberarse el calor ocurren trastornos a nivel de todas las áreas que componen el planeta, es decir, del aire (atmósfera), el mar, y la tierra, transformando fenómenos regularmente normales en fenómenos de una intensidad cada vez más destructiva y más frecuentes, como son los huracanes, sismos, maremotos, sequías, inundaciones, etc., etc., y aumentando los riesgos a la supervivencia de los seres vivos que formamos parte de este planeta.
El hombre, principal depredador del planeta es el responsable directo de todos estos males. La destrucción de los recursos naturales como los ríos, mares, bosques y el terreno conlleva a una disponibilidad cada vez menor de área agrícola productiva autosustentable, menor disponibilidad de aguas frescas, ocasionando la escasez de alimentos con un incremento de la hambruna, desnutrición, enfermedades infecciosas y la afectación de la salud en general de todo el planeta.
Uno de los mayores emisores de gases GEIs a la atmósfera es los EEUU y generalmente ha estado en desacuerdo con esos encuentros para llegar a una propuesta de la eliminación o reducción de esos gases. En general, los países industrializados se han negado a tomar una acción seria y responsable sobre este hecho.
Organizaciones sin fines de lucro, como www.iberoasia.org sostienen que América Latina y el Caribe (ALC) para enfrentar estos cambios necesitan:
• Más ayuda económica para evitar obstaculizar su desarrollo económico por empleo de una gran cantidad de recursos para enfrentar los cambios.
• Superar la gran crisis financiera esperada.
• Llegar a el llamado “Acuerdo post 2012”, que es cuando termina el acuerdo de Kioto, donde no se consiguieron las metas propuestas y del cual los EEUU no es signatario.
ALC, a pesar de ser los más afectados por todos estos fenómenos y con mayor severidad, resulta que somos los que menos contribuimos al calentamiento global, con una participación en este deterioro de un 12 % en sus emisiones de gases y representamos el 8.5 % de la población mundial y de PBI mundial. Por lo que sería injusto que nuestros escasos recursos lo dediquemos para la creación de medidas de impactos en contra del calentamiento global.
A pesar de esto, si estamos de acuerdo en que debemos implementar y aceptar la creación de acciones tendentes a la utilización de “energía limpia”. ALC necesita además del aporte económico por los países ricos, el apoyo tecnológico, por lo que apoyamos el “Programa estratégico Poznan (Polonia) 2008 para la Transferencia de Tecnología”.
En un trabajo publicado en Enero del 2009, por la Sra. Mónica León Benavides, asociada del área ambiental de Miranda & Amado, despacho peruano de la alianza Affinitas, se plantea la idea de que ALC deben aprovechar la coyuntura de liderar todo lo que represente un cambio a un desarrollo sostenible en políticas para bajar la producción de CO2. La señora Benavides para hacer esta afirmación se basa en que, como los países de ALC somos naciones emergentes, en vía de desarrollo tenemos la oportunidad de no caer en los errores de los países industrializados, implementando y manteniendo el desarrollo a través de “energía limpia” como las hidroeléctricas y así evitar “pagar las deudas ambientales pasadas”.
Para ello recomiendan:
• Eficiencia energética sin la dependencia como los países industrializados del CO2 y manejo desmedido de los recursos naturales
• Reducir la deforestación
• Mejorar el transporte público
• Apoyar el desarrollo de fuentes de energía renovables
• Desarrollar biocombustibles sostenibles y de bajo costo
• Incrementar la productividad agrícola
• Y mejorar el manejo de los residuos
Si ponemos atención, todas estas medidas disminuyen las emisiones de gases GEIs, contribuyen al desarrollo de la región bajando los niveles de contaminación y por lo tanto, mejorando la salud de las personas, mejorando la actividad agrícola y el nivel de ingresos.
En la recién pasada cumbre Copenhague 2009 existían muchas expectativas, y principalmente para países como el nuestro (la República Dominicana), en vía de desarrollo, ya que se quiere virar la balanza hacia estas naciones para que carguen solas con las inversiones y cambios requeridos para generar la llamada “energía limpia” y la protección de los recursos naturales, lo cual es sumamente costoso e iría en detrimento de las economías emergentes para alcanzar un desarrollo sostenido. Pero, lo cierto es que sufrimos una gran decepción porque no se acordó para reducir de manera significativa la emisión de gases y el calentamiento global, en cambio se mantuvo el seguir buscando explicaciones científicas de reducción de los fenómenos atmosféricos con la excusa de no tomar una acción o hacer gastos innecesarios. En la mayoría de los puntos tratados se quedó en simples promesas y continuar las negociones el próximo año 2010. Lo único positivo que se logró en los últimos 2 días del cónclave fue que los países ricos aportaran a los países pobres, 30 mil millones de dólares a partir del 2010 por 3 años y luego 100 mil millones anuales para apoyar la transformación a una “energía limpia”.
Conclusiones:
Al ser los países industrializados los principales emisores de gases contaminantes atmosféricos y no los países en vía de desarrollo. Ellos deben cargar con la mayor responsabilidad en los gastos económicos y tecnológicos.
Los países emergentes deben recibir un gran aporte económico y tecnológico de los países industrializados para enfrentar estos cambios a la creación de “energía limpia” y evitar así detener su crecimiento económico.
A partir de ahora los países ricos deben enfrentar y llegar a acuerdos serios y responsables de tomar una acción para bajar la temperatura del globo terráqueo y dejar las ausencias y evasivas acostumbradas.
Los países emergentes deben aceptar el desarrollo de energías renovables.
Debemos aplicar los recursos obtenidos de organismos internacionales, Ong`s y países industrializados en la ejecución de los planteamientos propuestos y no otros, como son el cuidado de nuestros recursos naturales, mejora del transporte, aumento de la producción agrícola y el buen manejo de los residuos.
Los países emergentes deben convertirse en líderes de todos estos cambios, aprovechar su reducida inversión en industrialización, y pobre contribución a la emisión de gases GEIs, sin que esto vaya en contra de su desarrollo económico.
Copenhague 2009 si bien ha sido un éxito por la participación de una gama amplia de países tanto industrializados como los EEUU, que generalmente se excusaba y no asistía, como de un gran número de países emergentes en vía de desarrollo, no fué así en sus resultados.
Aunque Copenhague 2009 no concluyó con consensos de acciones para bajar la emisión de gases y disminuir la temperatura del planeta, si hubo medianos acuerdos y muchas promesas a revisarse en el próximo encuentro.
Aplaudimos el aporte económico que se destinará a los países en vía de desarrollo pero reconocemos que todavía no fue lo suficiente.-
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