Se les llama ácidos grasos trans a la saturación parcial o total de los aceites poliinsaturados, proceso que consiste en el calentamiento de los aceites en presencia de hidrógeno, el cual satura los carbonos al romperse los dobles enlaces. Estos aceites en su mayor proporción son de origen vegetal.
La industria alimentaria utiliza éste procedimiento en gran escala tanto en la fabricación de margarinas, repostería y un sinnúmero de alimentos procesados.
Con la saturación de las grasas poliinsaturadas se ha conseguido facilitar su transporte y lo que es más importante evitar su oxidación alargando así su vida media. Pero así como ha sido de gran ayuda a la industria alimentaria, en esa misma medida ha creado muchos problemas de salud a los seres humanos.
Perjuicios en el Ser Humano desarrollado (adulto):Walter Willet, catedrático de Salud Pública y su grupo de investigadores de la Universidad de Harvard, realizaron un estudio en 80,082 enfermeras desde 1976, verificando sus dietas y los índices de ingestión de grasas vegetales hidrogenadas, concluyendo que aquellas que ingirieron mayor cantidad de estas sustancias tenían el doble de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, y de acuerdo a sus cálculos más de 30,000 personas, sólo en Estados Unidos, podrían fallecer anualmente debido a las grasas trans. Existe una correlación directa entre los ácidos grasos trans y las enfermedades coronarias, los procesos cancerígenos, e incluso las fracciones de colesterol en sangre.
Perjuicios en el Lactante y el Feto:
En la Universidad de Maryland, la Dra. Beverly Teter realizó trabajos con ratones y los ácidos grasos trans que sugieren que estas grasas pueden empobrecer la calidad de la leche materna. Descubrió que la cantidad de grasa de la leche producida por los ratones disminuía cuando eran alimentados con margarinas industriales, poseedoras de un alto índice de ácidos grasos trans. Esto explicaría ciertos trastornos de la lactancia humana en madres que a las dos o tres semanas de alimentar a sus bebés con su propia leche no pueden seguir haciéndolo. Se cree incluso que niveles bajos de estos ácidos grasos trans puedan interferir con los “ácidos grasos esenciales” que el cerebro necesita para desarrollarse.
En otros estudios realizados por el Dr. Gerald Hornstra de la Universidad de Limburg en Maastrich, se sospecha que dietas de las madres altas en ácidos grasos trans pueden afectar el feto disminuyéndole su peso al nacer. Y es sabido que el bajo peso al nacer está relacionado con un mayor riesgo de desarrollo de afecciones cardiovasculares a lo largo de la vida.
El Dr. Hornstra no solamente está preocupado por las afecciones cardiovasculares sino también por aquellas enfermedades “programadas” durante la vida fetal, entre ellas, la diabetes, hipertensión, enfermedades pulmonares de carácter obstructivo y alteraciones del sistema inmunológico, es decir, que todas éstas patologías podrían haber sido “programadas “ durante la vida fetal, como resultado de las condiciones nutricionales y si se lograra encontrar la sustancia causante de éstos males, se le podría eliminar de la dieta.
Pero el gran problema es que, como los ácidos grasos trans no están regulados legalmente en ningún país del mundo para ser incluidos en las etiquetas como ácidos grasos mono o poliinsaturados, ni tampoco son saturados, las industrias alimentarias simplemente los omiten del etiquetado.-
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